Foto: Cortesía.

Este fin de semana, una situación inquietante se presentó en Wuhan, China. Y es que, como muchos recordarán, fue aquí donde las autoridades sanitarias detectar el primer caso de coronavirus el año pasado.

Ahora, la ciudad vive una realidad totalmente distinta, aunque el virus no se haya ido. Alrededor de 11 mil personas acudieron al primer festival de música organizado tras la pandemia. Muchos de ellos asistieron sin cubrebocas.

El festival Strawberry se llevó a cabo durante dos días, es el más grande conocido en China. Entre tanto baile y alegría, sin dunda hubo algo que captó la atención de todo mundo: la aglomeración de personas tras mucho tiempo guardando la distancia.

Pese a que los organizadores tomaron todas las medidas posibles, la aglomeración fue casi imposible de evitar. Muchos de los asistentes, incluso, reiteraron el largo camino (por toda la pandemia), para llegar a este punto:

«No ha sido fácil llegar a donde estamos hoy. La gente aquí ha hecho grandes esfuerzos y ha pagado un precio muy alto (por haber sido golpeada por el virus). Así que me siento muy emocionado de estar aquí», dijo Gao Yuchen a una agencia.

Wuhan es conocido por tener una vida nocturna activa. La ciudad que fue considerada como el origen de la pandemia de la COVID-19, ahora es una especie de representación de la libertad, tras meses de confinamiento.