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Un grupo de científicos descubrieron a través de fotografías ultravioletas un fragmento oculta en la biblia que data desde hace 1,750 años.
El descubrimiento fue revelado a través de una publicación de la revista según New Testament Studies.
«Hasta hace poco, solo se conocían dos manuscritos que contenían la traducción siríaca antigua de los evangelios», detalló Grigory Kessel, de la Academia Austríaca de Ciencias, autor de la investigación.
Según Kessel, en la antigüedad los pergaminos escaseaban en el desierto en la Edad Media, por lo que los manuscritos a menudo.
Por el momento el Vaticano no ha revelado si se dará de conocimiento público la nueva información encontrada.