Un 2 de diciembre de 1993 fue abatido Pablo Emilio Escobar Gaviria, el ‘zar de la cocaína’. Hoy, al cumplirse 29 años de su muerte, aún existen enigmas sobre su final.

Un día después de haber cumplido 44 años, el narcotraficante más buscado del mundo fue arrinconado por el Bloque de Búsqueda, una fuerza formada por policías, militares y agentes de la DEA (Departamento antidroga de EE.UU, en el oeste de la ciudad.

Se dice que su fortuna alcanzó los 25.000 millones de dólares, pero Escobar murió solo, descalzo, sobre un tejado de Medellín y huyendo.

Cerca de 500 soldados y policías rodearon la casa e ingresaron al lugar en el que el capo y un guardaespaldas se encontraban. Su hombre más fiel, Álvaro de Jesús Agudelo, alias “Limón” recibió a la unidad de asalto con una metralleta y fue abatido en el interior de la humilde vivienda. Su muerte permitió al narcotraficante escapar por uno de los tejados de la casa.

“Escobar trepó descalzo por la ventana y pasó al tejado de la casa contigua tratando de huir. Llevaba dos pistolas y disparó a los agentes que se encontraban detrás suyo mientras cruzaba el tejado. Esos hombres y los que estaban en tierra respondieron a los disparos y dieron a Escobar varias veces”, relató el agente de la DEA Steve Murphy.

Cuando la muerte de Pablo Escobar Gaviria fue confirmada, los medios de comunicación se volcaron para dar la primicia y publicarlo en todas las portadas.