(Foto/capturas de pantalla)
Se cumplen 11 años del pase a la final de la Champions de 2009 del Barcelona. Fue en Stamford Bridge, ante el Chelsea (1-1), en el que para muchos fue el mayor escándalo de la historia arbitral de la competición, hasta marzo de 2017, cuando el Barcelona le ganó al PSG (6-1) en la vuelta los octavos de final de la Champions, ayudado por errores de calado de Aytekin, remontando así el 4-0 de la ida en el Parque de los Príncipes.
En aquel partido de vuelta de semifinales, con 0-0 en el Camp Nou, el Chelsea se adelantó muy temprano, a los nueve minutos, con un golazo de Essien, y fue el claro dominador del partido con numerosas ocasiones, unas veces echadas al traste por errores propios y otras por las increíbles decisiones del colegiado Ovrebo, que desquició al Chelsea con errores impropios de la categoría del partido, como años después reconoció: «No, para nada estoy orgulloso de quel partido. No fue mi mejor día, la verdad. Pero esos fallos los puede cometer un árbitro… y a veces un jugador o un entrenador. Puedes no tener ese día el nivel que debes tener. Pero no, no puedo estar orgulloso de aquel día».
Sus errores, no señalando dos rojas y hasta cuatro penaltis a favor del Chelsea, mantuvieron con vida al Barcelona e hicieron posible que Iniesta, en el 90, lograra el tanto del empate y metiera in extremis a a los azulgranas en la final de la Champions: «Si hubiera existido el VAR, no creo que estuviéramos todavía hoy, tanto años después, hablando de aquel partido, porque algunas de mis decisiones se hubieran cambiado. Aquella noche tuvimos que cambiar de hotel».
