Por: Felipe Herrera

Foto: cortesía

Como cada mes de julio, Santa Ana se viste de gala para las fiestas julianas, los festejos en honor a la Señora de Santa Ana, una de las tradiciones más populares en  El Salvador y las que adornan con color, magia y encanto a la Ciudad Morena.

Las fiestas en Santa Ana convierten a la Capital del Cielo en un auténtico campo de festejos, sin dejar de lado el fervor religioso y la espiritualidad que estas mismas fechas traen consigo. Además, gracias a las transformaciones positivas que El  Salvador ha experimentado en los últimos cinco años, estas se llevan a cabo este año en un ambiente de paz y seguridad.

Las fiestas en Santa Ana tienen uno de sus principales espacios en el Centro Histórico de la ciudad, donde el atractivo del Palacio Nacional de Santa Ana y la Catedral de dicha localidad se adornan con ventas de dulces típicos, comida, espacios de recreación y música en vivo.

Con una plaza comercial ubicada en los alrededores del Parque Libertad y que se extiende por el corazón del centro de la ciudad, cientos de emprendedores y pequeños comerciantes se vuelven parte de la fiesta y encuentran una posibilidad de generar mayores ingresos a partir del espíritu festivo que inunda a Santa Ana.

Las visitas al centro santaneco también incluyen a salvadoreños en el exterior, quienes toman las fechas de las fiestas julianas para regresar al país y que, actualmente, dan fe de los cambios positivos que el país ha experimentado.

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San Salvador, El Salvador

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