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Por: Redacción El Blog
29 marzo, 2021

El harinero Adolfo “Fito” Salume soltó la bomba en octubre de 2019, cuando reveló en un comunicado, publicado en dos periódicos escritos,  que financió la fundación de la revista digital Factum y que contrató a Héctor Silva Avalos para tal fin. 

Meses anteriores, el periodista costarricense Lafitte Fernández había revelado el origen de Factum y para qué fue fundada. Luego de exponer que fue creada para atacar a los adversarios comerciales y políticos de Salume, denominó a Silva Avalos como “carnicero del periodismo”.

Silva Avalos no tardó en negar que recibió dinero de Fito Salume, lo cual sostuvo por algún tiempo. 

Ante las presiones públicas, los socios de la revista digital se vieron obligados a “separar” del cargo a Silva Avalos, mientras, dijeron, realizaban la investigación sobre lo revelado por el empresario harinero. Después de un año -y pasadas las elecciones de alcaldes y diputados- la plana editorial de Factum decidió confirmar lo que era un secreto a voces: Aceptó que Héctor Silva Avalos les había mentido, y que sí mantuvo una relación financiera con Salume. No solo eso, confirmaron que su periodista además recibió miles de dólares de la partida secreta del expresidente prófugo Mauricio Funes.

También el Fiscal General, Raúl Melara, confirmó hace un año que Silva Avalos recibió dinero de la partida secreta, y que estaba bajo investigación.

El sitio digital Factum es una de las revistas que reciben fondos de Open Society Foundations, del multimillonario George Soros, quien ha sido señalado de incidir en las líneas editoriales de los medios a los que patrocina en diferentes países.

Una guerra desatada

Luego de la revelación obligada de Factum, de la que sus empleados se denominan “periodistas incómodos”, Silva Avalos arremetió contra ellos llamándoles “bajeros” y reclamando que le adeudan 13 meses de salario. Además, los amenazó con demandarlos.

Héctor Silva Avalos siempre ha contado con la protección de abogados del IDHUCA, quienes a toda costa lo han defendido a capa y espada, muy a pesar de todo lo que se confirma de él. Paradójicamente, también cuenta con la abogada Bertha María Deleón, apoderada legal de MOLSA, propiedad de Salume, y quien también “defiende” las causas de los periodistas de El Faro y del mismo extranjero Paolo Lüers, columnista de El Diario de Hoy e involucrado en las negociaciones de las pandillas.

Silva Avalos acepta que sus excolegas grabaron sin su consentimiento algunas llamadas para obtener la información publicada. “En su afán por incriminarme, mis excolegas acudieron a ilícitos como grabarme llamadas sin mi consentimiento”, señaló.

Documentos legales en poder de Factum

En la publicación del periodista de la revista, Bryan Avelar, quien también laboró para Diario 1, medio digital propiedad de Salume, se aclara que en su momento Silva Ávalos negó todas las acusaciones; sin embargo, por las dudas, los directivos de la revista Factum decidieron separarlo de su cargo en octubre de 2019. 

El periodista Avelar concluye que, tras una investigación de más de un año, la revista logró comprobar, por medio de varios documentos legales, que Silva Ávalos sí recibió fondos de Salume, con quien tuvo una relación y que llegó hasta el préstamo de un periodista, y que, mientras fue funcionario del Gobierno de Funes, recibió miles de dólares en efectivo adicionales a su salario de ley, que no declaró ante Hacienda y que provenían de una partida secreta adscrita a la presidencia. 

Según la investigación, Factum tuvo acceso a ocho copias de recibos que suman un total de $38,140 por pagos en efectivo emitidos desde la secretaría privada de la presidencia a nombre de Silva Ávalos, quien reconoció su firma o su letra en tres de esas ocho copias; además, aceptó que las sumas de dinero escritas en ellas corresponden con los pagos acordados por sus servicios como “asesor de comunicación política” para el prófugo Funes. 

El periodista detalla que dicho dinero le fue entregado mediante una secuencia similar a la empleada por ese mismo Gobierno para evitar controles institucionales y lograr desfalcar del Estado millones de dólares. Entre los pagos como asesor y su contrato por servicios en el exterior, Silva Ávalos llegó a recibir pagos de hasta $12,000 en un mes, según la investigación de esa revista digital. 

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San Salvador, El Salvador

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