Una adolescente relató ante los tribunales que cuando tenía seis años de edad, en el año 2014, frecuentaba a una tía para ver televisión porque en su casa no tenían energía eléctrica.

Sin embargo,  cuando se quedaba sola con el hijo de su familiar, éste le enseñaba vídeos de índole sexual y cuando ella cumplió los ocho años de edad, el sujeto comenzó a tocarla de manera inapropiada.

Para enero del año 2020,  el sujeto sin mayores escrúpulos abusó sexualmente de ella y continuó durante tres meses, ella le contó a su hermana lo que ocurría e interpusieron la denuncia respectiva.

Por ese crimen, el Tribunal Primero de Sentencia de Santa Ana valoró la declaración de la menor de edad con el resto de prueba presentada por la Fiscalía General de La República (FGR), por lo que condenó al imputado de 36 años de edad a cumplir una pena de 20 años de prisión por violación, 20 años más por agresión sexual y cinco años por el delito de pornografía,  haciendo un total de 45 años de cárcel.