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Por: Agencias
11 diciembre, 2019

Foto: Internet

Mantener una relación de pareja saludable conlleva no poco trabajo. Como dice el dicho, cuando se invita a una persona a tu vida, también estás invitando a todos sus problemas. 

Es cierto que también estamos contando con alguien que estará ahí para nosotros cuando las cosas salgan mal, además de ser el primero a quien iremos cuando ocurra algo bueno.

Como todo lo bueno en el mundo, requiere trabajo, esfuerzo y a veces, mucha comprensión. Quizás lo más importante de todo, sea saber cuándo es hora de dar el brazo a torcer y aceptar algunas características de la persona con la que decidimos compartir nuestra vida. 

Eso fue lo que Jayne Tapper, una mujer de Newton Abbot, Devon, Reino Unido, aceptó sobre su marido. Luego de varios años de matrimonio, ella ya no sabía qué hacer con la afición de él por ir a pasar sus tardes al bar más cercano. 

En la cultura inglesa, el bar no es solo un lugar donde ir a tomar una cerveza, sino que el espacio donde transcurre la gran mayoría de la vida social. Con un clima lleno de niebla y lluvia como ese, es lógico que no haya mucho tiempo ni espacio para visitar parques o vivir a la intemperie. 

Sabiendo que no había manera de que triunfara si es que se enfrentaba al bar, Jayne decidió ponerse creativo. Hablando con su marido, dieron con la solución a sus problemas: llevarse el bar a la casa. Literalmente, porque se lanzaron manos a la obra a convertir su patio en un pequeño establecimiento.

Creando un espacio con una mesa y una barra, Jayne y su marido dieron con la solución a todas sus disputas. Ahora no solo su marido ya no tendría que dejar la casa para ir a tomarse una cerveza, sino que además, ahora ella podría acompañarlo, sin que por ella deba dejar su casa sola. 

Esto era un asunto complicado, debido a que la pareja son dueños de un gran y hermosa Basset Hound. Su pasión por esa raza es tanta, que nombraron el bar en honor a ellos: The Doghouse Pub. 

Ahora Jayne y su marido pasan las tardes juntos. Muchas veces los acompañan sus amigos, quienes se deleitan con el servicio personalizado que la misma Jayne les entrega, además de jugar con el perro de la pareja. Todos salieron ganando al final. Especialmente el marido de Jayne. 

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San Salvador, El Salvador

Redacción

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