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Por: Agencias
18 noviembre, 2021

Foto: Cortesía.

A Tecla Miceli le diagnosticaron mieloma múltiple, un cáncer de las células plasmáticas de la médula ósea, que se considera una enfermedad incurable.

Sin embargo, con la fe centrada en Jesús y una oración contestada a través de un sueño, Dios, por su gracia, le dio su milagrosa sanación que ahora tiene confundidos a los médicos que la atendieron.

Tecla creció en Italia y se mudó a los Estados Unidos a la edad de 16 años con sus padres. Criada en un hogar católico, tuvo un encuentro más profundo con Cristo a través de la influencia de sus hijos, Gary y Laura, que habían sido parte de una iglesia evangélica en California.

Cuando tecla visitó por primera vez la iglesia de sus hijos fue tocada con el mensaje y siguió adelante. «Acepté a Cristo, pero no entendí lo que había estado haciendo. Llegué a casa. Nunca deseé volver a pecar», afirma.

Tecla fue diagnosticada con cáncer en su etapa inicial, no obstante decidió no hacer quimioterapia, sin embargo, después de tres años los médicos notaron un aumento alarmante en las células cancerosas. A pesar de todas las noticias terribles, nunca perdió la fe.

La mujer afirma que una noche hizo una oración sincera y derramó su corazón delante de Dios. «Sé que lo hice todo: estoy casada, tengo hijos, nietos, terminé la universidad, pero aún no estoy preparada para morir. Si me curas, contaré mi testimonio a todo aquel que me quiera escuchar»».

Cuando se fue a dormir, un día antes de tomar una nueva evaluación, Tecla tuvo un sueño impactante. «Yo colgaba de un acantilado muy alto y estaba a punto de caer, pero una mano firme y grande la dirigió con seguridad hacia el suelo y la libró de la muerte».

«Una vez que pisé el suelo, lloré porque sentí que había sido un milagro», explicó. Cuando me convencí, en el sueño, ella empezó a anunciar a Jesucristo al público.

La mañana siguiente, Tecla se despertó sintiendo una paz increíble. Después de realizar la evaluación de la médula ósea y recibir los resultados médicos, el oncólogo se sorprendió.

El médico explicó los resultados a la mujer: «Su evaluación previa tuvo un resultado de 27-32, es decir, un cáncer. Sin embargo, en esta prueba, la tasa volvió a 5 o 6. Eso no tiene sentido. Plasma sanguíneo nunca se retrae, Esto debe ser un error del laboratorio», expresó moviendo la cabeza con incredulidad.

Tecla contó su sueño al médico y le habló sobre su oración y su sanación. El médico la miró con asombro y declaró: «En 25 años de práctica nunca había visto algo así antes». A partir de ese instante, todas las evaluaciones sugirieron la ausencia de cáncer. «Esto es un milagro», exclamó la mujer.

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San Salvador, El Salvador

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