Foto La Tribuna.
Miembros de estructuras estarían obligando a profesores para que pongan buenas notas y no dejen reprobados a algunos alumnos.
«Mejor no se meta a pedos, póngase vivo si no quiere que lo hallen juco» advirtió un escolar a su profesor el cual le había indicado sobre su bajo rendimiento al finalizar el año.
Según establece el periódico La Tribuna, este caso se registra en un centro educativo de Tegucigalpa, capital de Honduras.
El medio informativo describe un diálogo entre el alumno y el docente. El joven pregunta «¿Profe, cuántos puntos me faltan para pasar el curso?», a lo que el educador de primer año de bachillerato responde: «sus notas están muy bajas en varias materias y es imposible que pueda ser promovido al siguiente curso».
Pero tras la advertencia y luego de escuchar la petición de tener buenas notas en matemáticas, español, ciencias sociales, química y otras asignaturas, el docente cambió de decisión.
«Ya sabe que los profesores estamos para ayudar a los alumnos», indicó el mentor.
Ofreció al joven una serie de trabajos en casa y en el aula de clases, además de servicio social para ayudarle.
Sin embargo este caso no es aislado. Sería uno de muchas situaciones irregulares que se han registrado en el vecino país.
Este tipo de alumnos son inconstantes en las clases, no presentan tareas y, ni siquiera, en el período de «recuperación» logran sumar los puntos suficientes para aprobar el año escolar.
El profesor afirmó que «ese tipo de presiones se han registrado en la última semana de noviembre a nivel nacional, tras finalizaron las actividades lectivas del año».
Las autoridades de la Secretaría de Educación de Honduras ha registrado casos como este, al menos, una veintena de veces solo en centros educativos de la capital.
Pero no solo son los alumnos los que ejercen cierto temor con sus advertencias, también hay padres de familia que se presentan a las escuelas e instituciones para «predecir» el futuro del docente en caso de que sus hijos reprueben.
En algunos casos, el problema trasciende al punto de que personas particulares, entre ellos miembros de estructuras, se presentan para obligar a los educadores a pasar al siguiente curso a ciertos jóvenes.
La presencia de grupos como la 18 y MS en territorio hondureño no es muy diferente a la que se experimenta en El Salvador, donde también se registran casos como el descrito.