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Por: Agencias
25 febrero, 2022

Foto: Cortesía 

Lo que sería una rápida cirugía se ha convertido en una tragedia que indignó a la sociedad nicaragüense.

Martín Chavarría, de 28 años, hizo una cita el 19 de febrero en una clínica privada para someterse a una cirugía y extraerse las muelas cordales. 

A las 3:00 p.m. Chavarría se presentó a la clínica de la doctora Kristabel Dávila Rivera, quien procedió a ejecutar la pequeña cirugía.

40 minutos después, la odontóloga maxilofacial salió apurada del consultorio y le pidió a la esposa de Chavarría que comprara Dicynone y vitamina K.

Jael Grillo, hoy viuda de Chavarría, declaró al diario La Prensa de Nicaragua que la doctora le explicó que su entonces marido tenía un “sangrado masivo”. 

Después de 15 minutos de haber llevado los medicamentos que pedía, la doctora le externó a Jael que su esposo debía ser trasladado a un hospital.

A las 4:30 p.m. Martín Chavarría estaba ingresando al hospital, con una fuerte hemorragia por la boca.

El ingreso al centro médico no sirvió de mucho, ya que los doctores se peleaban por definir quién estaría a cargo del procedimiento.

“Solo me gritaban ‘firme aquí’, porque a ellos solo les interesaba que yo firmara, ni sé qué firmé”, exteriorizó Jael Grillo.

Mientras los médicos discutían, Chavarría seguí en la silla de ruedas, “ni loco me vuelvo a sacar el otro cordal”, fueron las últimas palabras del joven.

Eran las 7:10 p.m. cuando un médico salió de la sala de operaciones para informarle a Jael que no pudieron salvarle la vida a su esposo.  

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San Salvador, El Salvador

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