Foto: Archivo 

Tras la muerte del exagente canino Furst, por causas naturales, una joven salvadoreña ha recordado una de las intervenciones más conocidas del can.

“Furst encontró a mi ex compañera de universidad y su familia, soterrados en Santo Tomás”, escribió en una publicación de El Blog la joven, Ingrid Adriana Barrera de la Cruz.

En los primeros días del mes de junio de 2020, Furst se sumó a las tareas de búsqueda de los siete miembros de la familia Melara Salamanca.

Los integrantes de la citada familia habían quedado sepultados por toneladas de lodo y escombros que arrasaron su casa en Santo Tomás, tras una fuerte tormenta.

Las alertas que dio Furst permitieron a los socorristas concentrar sus esfuerzos de búsqueda en los lugares precisos donde se encontraban los cadáveres.   

Gracias a Furst, los familiares de María Isabel Salamanca y su esposo, Francisco Javier Melara; sus hijos, Jennifer, de 22 años; Karla, de 25; Javier, de 23; y los gemelos Nahúm y Josué, 18, de apellidos Melara Salamanca les dieron cristiana sepultura.

Furst llegó al país en 2016 y estuvo destacado en la División Antinarcóticos (DAN), de la Policía Nacional Civil (PNC).

El jueves por la tarde, Furst fue sepultado con todos los honores en el Parque Memorial Canino de la PNC en Los Planes de Renderos.