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Selina es una joven que nació como mujer pero optó por vivir como una persona lesbiana transgénero. Por mucho tiempo trató de encontrar significado en su vida a través de prácticas seculares que no surtieron efecto a sus vacíos hasta que tuvo un encuentro con Jesús.
Los bares, las fiestas y las relaciones con personas de su mismo sexo se volvieron frecuentes para ella, a modo de rutina que no le brindaba una satisfacción duradera.
“Estaba en una relación con una mujer. Salía de fiesta, iba a clubes, iba a cualquier lugar para llenar ese vacío”, dijo en un video de Studio Christ Ministries, un ministerio evangelístico holandés, en Instagram.
Un domingo asistió a la iglesia y desde entonces ya no volvió a ser igual, pues fue confrontada por su pecado haciendo que ojos y corazón fueran abiertos para recibir la verdad que Dios quería darle sobre quien era ella realmente y el propósito por el cual fue creada.
“Viví en pecado, pero no sabía que era pecado. Viví mi vida pensando que estaba haciendo lo correcto. Hasta el momento en que invité a Jesús a mi corazón”, reveló.
Durante ese servicio, la joven sintió el impacto de la Palabra de Dios y decidió aceptar a Cristo como su Salvador. Poco tiempo después, Selina experimentó una transformación profunda.
“Dos semanas después, comencé a cambiar mi nombre nuevamente a Selina, porque Dios me hizo mujer. Rompí con mi novia”, dijo.
“Jesús cambió mi vida, lo cambió todo. Él vino a vivir en mi corazón”, destacó.