El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, prolongó hasta el 31 de mayo el estado de emergencia impuesto en el país para contener la curva de contagios del coronavirus.
Originalmente, el estado de emergencia se había declarado en siete prefecturas de Japón, pero luego se extendió a la totalidad del territorio nacional, en un principio hasta el 6 de mayo.
Durante el estado de emergencia, a todos los japoneses se les pide que eviten salidas no esenciales. Los gobernadores tienen poderes para expropiar terrenos y edificios privados que sean necesarios para la batalla contra el COVID-19, así como para requisar material médico y alimentos a compañías que se niegan a venderlos y sancionar a aquellas que no cumplen y hacen acopios.
En 13 prefecturas, entre ellas Tokio y Osaka, se mantiene una alerta especial por la necesidad de tomar medidas más drásticas frente a la pandemia. En otras, entretanto, se baraja relajar algunas restricciones impuestas a personas y entidades.
Hasta ahora se han confirmado 15 mil casos de contagio del COVID-19 en Japón, entre ellos 493 decesos y 4.550 recuperaciones.
«Este es el mes para parar la extensión de la infección y para preparar los siguientes pasos», expresó este lunes el ministro Abe.