Foto: cortesía 

El próximo 24 de abril los aficionados a la observación del cosmos y los fenómenos celestes podrán disfrutar de la “Luna Rosa”.

Su aparición recuerda la importancia cultural e histórica que el satélite natural ha tenido para diferentes sociedades a lo largo de los tiempos.

Sin embargo, la Luna no cambiará su coloración para dicha fecha, el origen del nombre tiene sus raíces en las tradiciones de los antiguos nativos americanos. 

Este nombre proviene de la floración de un tipo de musgo rosa o flores silvestres de primavera en ciertas regiones de Norteamérica.

La “Luna Rosa” marca el inicio de la primavera y el florecimiento de la naturaleza después del invierno; un momento de renacimiento y cambio de estación.

Para las antiguas comunidades nativas norteamericanas, esta Luna era más que un evento astronómico.

Este fenómeno era una señal vital para sus actividades diarias. La aparición de la Phlox subulata, una planta nativa de América del Norte que florece en primavera, marcaba el momento para preparar la tierra para la siembra y recolectar alimentos silvestres.