El huracán de categoría 1 ‘Florence’ ha tocado tierra este viernes en el estado norteamericano de Carolina del Norte, en la costa suroeste de Estados Unidos, donde los vientos de más de 150 kilómetros por hora que ha registrado el ciclón han desbordado ríos, inundado casas y forzado al rescate de centenares de personas atrapadas por el agua.
Aunque su furia es menor a la esperada para un huracán que llegó a ser hace dos días de categoría de 4 y generar vientos de 225 kilómetros por hora, el peligro radica principalmente en las inundaciones, tanto de agua dulce como salada.
Estas “catastróficas” inundaciones, que se espera que empeoren con el paso de las horas y con la subida cíclica de la marea, han provocado que las zonas costeras de ciudades del litoral atlántico ya están anegadas.
Una de las poblaciones que más ha sufrido las consecuencias es New Bern, en Carolina del Norte, donde sus autoridades, apoyadas por efectivos de la Guardia Nacional, han respondido a decenas de llamadas de emergencia para rescatar a un centenar de personas.
Mientras, otras 150 debieron esperar a que dos equipos, en bote, fueran en su busca, por lo que les pidieron que aguardaran en los pisos altos de sus viviendas o sobre el tejado.
La llegada de Florence obligó a cancelar hasta este viernes más de 1.300 vuelos en la costa este del país, donde una decena de aeropuertos están cerrados, y sus vientos han derribado innumerables árboles y solo en Carolina del Norte más de 450.000 clientes se han quedado sin suministro eléctrico.
La situación podría agravarse hacia el mediodía (16.00 GMT), cuando la marea alcance la pleamar y se sume a los hasta 3,3 metros de altura de la marea ciclónica que Florence genera en la costa sureste del país.
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— Jorge Aguilar C (@JorgeAguilarC81) 14 de septiembre de 2018
