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La fiscalía federal de Nueva York presentó la acusación formal contra Ismael “Mayo” Zambada, atribuyéndole delitos relacionados con el tráfico de sustancias ilícitas.
El “Mayo” se declaró inocente de una acusación formal de 17 cargos que lo acusan de tráfico de narcóticos y asesinato.
El magistrado estadounidense James Cho ordenó que Zambada permaneciera detenido hasta el juicio.
Sus abogados no pidieron libertad bajo fianza y los fiscales estadounidenses en Brooklyn habían solicitado al juez que lo detuviera.
En una carta al juez, los fiscales llamaron a Zambada «uno de los narcotraficantes más notorios y peligrosos del mundo».