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La semana pasada un desprendimiento de tierra causado por las fuertes lluvias, daño una tubería del estatal Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) provocando la fuga de decenas de miles de barriles de crudo, que llegó hasta afluentes que atraviesan la provincia de Esmeraldas (fronteriza con Colombia y a orillas del Pacífico).
Esto ha dejado afectado a 4,500 familias, aproximadamente 15,000 personas que están en serios problemas debido a que no pueden ni respirar.
De esas familias, unas 2.000 están asentadas en las riberas de varios ríos, que lucen manchas negras y aceitosas.
La fuga afectó al menos cinco afluentes que desembocan en el Pacífico y donde pobladores subsisten de la pesca artesanal.
“Este es el peor evento de derrame de petróleo que hemos tenido en los últimos tiempos”, agregó el alcalde Moreno, al recordar que se han registrado tres desastres similares en ocho años.
Las familias que están en las orillas «no tienen agua, no tienen cómo hacer sus actividades básicas de agricultura. Así mismo, relató que la emisión de estos gases no les está permitiendo a las familias afectadas a llevar su vida cotidiana.