Ante el gran número de ciudadanos que infringen la cuarentena domiciliar y causan riesgo de propagación del nuevo coronavirus, en Indonesia se comenzó a castigar a aquellos que ignoren estas medidas, por lo que son encerrados en una «casa embrujada».
Kusdinar Untung Yuni Sukowati, jefa de la división administrativa de Sragen, afirmó que «la idea es que si hay una casa vacía o una casa embrujada en un pueblo, hay que aislar ahí a los infractores».
En Sragen se publicó un nuevo decreto para regular la afluencia en la región de indonesios provenientes de la capital Yakarta y de otras grandes ciudades. Algunos no respetaban las normas de aislamiento.
Los funcionarios fueron encargados de identificar viviendas abandonadas, que se consideran embrujadas, sacando partido de las creencias en seres sobrenaturales que abundan en el folclore indonesio. Cinco personas ya han sido encerradas en estas moradas.
En el pueblo de Sepat, los dirigentes escogieron una casa abandonada desde hace mucho tiempo e instalaron camas separadas por cortinas y algunos muebles.
Esta aldea aisló a tres recién llegados, que fueron forzados a pasar el resto de su cuarentena de dos semanas en esta lugar de siniestra reputación.
Uno de los encerrados es Heri Susanto, quien afirmó que no había visto fantasmas, «pero ya veremos qué ocurre después», dijo.
En muchos países se multa a las personas que violan la cuarentena, pero en una localidad de Indonesia encontraron una solución más creativa - y aterradora- de escarmentar a los infractores.https://t.co/76nDXaAyjE
— Telenoche (@TelenocheUy) April 21, 2020