La Fiscalía General de la República (FGR) reportó que en las últimas horas se ordenó la captura de un cabo de la Policía Nacional Civil (PNC).
Según el Ministerio Público, se trata de Luis Mario Carranza Martínez, quien obligó a una menor incapaz a tener relaciones con él.
De acuerdo con el expediente fiscal, los chose sucedieron en el año 2016, en la ciudad de Santa Ana.
El efectivo policial será puesto a la orden de los tribunales competentes en las próximas horas.
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Fuentes de la Fiscalía informaron esta tarde de lunes sobre la condena de 26 años con ocho meses de cárcel que recibió el profesor Rudy Marubén Barrientos Beltrán, de 45 años, a quien se les procesó por abusar de una alumna.
La víctima tenía solo 8 años cuando iniciaron los hechos, relata un informe de la FGR. De acuerdo con el escrito, los fiscales de la Unidad de Delitos Relativos a la Niñez, Adolescencia y la Mujer, de la oficina de Cojutepeque, demostraron la participación del sujeto en el acto delictivo.
Todo ocurrió dentro del centro educativo en el que laboraba Barrientos Beltrán. Los abusos se realizaron de forma continuada.
En el proceso judicial contra el imputado se presentaron pruebas testimonial, documental y pericial ante el Juzgado de Sentencia de Cojutepeque, en el departamento de Cuscatlán.
En la sentencia dictada por el tribunal, además, se le ordenó pagar a los familiares de la víctima $2,000.00 en concepto de responsabilidad civil, por los daños ocasionados.
Según las investigaciones, los abusos iniciaron en el año 2008, al interior del centro educativo de una zona rural del municipio de San Emigdio, en el departamento de La Paz.
El profesor le aseguró a la menor, que le regalaría ropa por sus buenas calificaciones obtenidas. De esta forma la engañó para llevarla a los baños de la institución.
La primera vez le ordenó que se quitara la ropa y solo se limitó hacerle un video. Además le advirtió que guardara silencio y sino le haría daño a su madre.
Las siguientes ocasiones, la llevó hasta el mismo lugar, donde procedió a abusarla. “Aunque la menor se resistió, por su superioridad, el incriminado lograba sus propósitos” explica la FGR.
Luego de dos años de haber iniciado esa práctica, la menor tuvo el valor de contarle a su madre lo que le estaba sucediendo. De inmediato procedieron a denunciarlo, lo que permitió que se iniciara una investigación que terminó con la condena del imputado.
