El Festival del Falo, en Japón, se desarrolla desde 1977 y en su última edición se aprecia en las imágenes captadas por la televisión diferentes figuras del órgano reproductor masculino de diferentes colores.
Los asistentes al festival llenan las calles para bailar y hacerse fotos mientras continúa la procesión.
Según la tradición, los asistentes celebran la leyenda de un demonio que se escondía dentro de la vagina de una mujer joven de quien se había enamorado, y mordió los penes de dos jóvenes en su noche de bodas.
Entonces la mujer buscó la ayuda de un herrero, que creó un miembro viril masculino de hierro para destrozar los dientes del demonio.
En los primeros años del festival, las mujeres que se dedicaban a la profesión más antigua del mundo participaban y rezaban para que les fuese bien en el negocio y para recibir protección contra las enfermedades de transmisión al tener relaciones con sus clientes.
Actualmente, los asistentes al festival celebran la fertilidad, las relaciones y las prácticas seguras.
Cada año atrae a decenas de miles de turistas que pueden comprar dulces en forma de pene, así como llaveros, bolígrafos, chocolates e incluso gafas de juguete con una nariz de plástico.