Por: Agencias

Un transgénero llamado J.J.Ramírez ha iniciado una campaña para evitar que deporten a su novio Ulises Marroquín a El Salvador.

Según publica el periódico La Opinión, ambos se conocieron y se hicieron pareja en el Centro de Detención Mesa Verde del Servicio de Migración y Aduanas ubicado en Bakersfield, California, Estados Unidos.

A principios de mayo de 2018, J.J. fue llevado por agentes del ICE a Mesa Verde; Ulises tenía pocas semanas de haber entrado a finales de abril de 2018.

“Nos conocimos a las pocas semanas de ingresar a Mesa Verde. Nos hicimos amigos y luego pareja en el lugar menos pensado para conocer románticamente a alguien, pero eso nos ayudó a sobrellevar las terribles condiciones que se viven en Mesa Verde”, relata J.J. quien recuperó su libertad el 22 de noviembre. Desde entonces se ha dedicado a luchar porque Ulises también pueda dejar la detención.

“La situación médica de Ulises es complicada. Él sufre de estrés postraumático, esquizofrenia y paranoia. Y si bien le dan medicamentos en Mesa Verde, no son los que necesitan para sus padecimientos”, señala.

Ulises llegó a Estados Unidos a los 16 años de edad. Escapó de El Salvador después de ser víctima de las maras. Vivía en la ciudad de Mendota en el Valle Central cuando lo detuvieron por una violación de tráfico y fue entregado al Servicio de Migración y Aduanas (ICE) ya que tenía dos incidentes previos de manejar en estado de ebriedad (DIU).

J.J vive en Santa Bárbara con su mamá Eli Ramírez. “A mi me tuvieron en una prisión estatal por cinco años por un delito que cometí. Cuando cumplí mi condena, me trasladaron al centro de detención Mesa Verde de ICE con la intención de deportarme”, narra.

Un día después de recuperar su libertad, la Oficina de Defensores Públicos de San Francisco que había tomado el caso de J.J., consiguió que el gobierno estadounidense le otorgara una protección migratoria bajo la Convención contra la Tortura (CAT) que le permite permanecer en el país sin miedo a la deportación y con un permiso para trabajar. “Estoy aún esperando que me den el permiso de trabajo”, afirma.

Según J.J, Ulises corre muchos riesgos en detención migratoria, no solo porque no recibe el tratamiento médico adecuado sino por ser gay. “Él lo oculta y solo se lo confía a la psicóloga con la que a veces puede hablar en Mesa Verde”, expone.

“En Mesa Verde, hay miembros de las pandillas de la Mara Salvatrucha, M-13, Los Paisanos y Los Norteños. Eso sin contar con que los guardias nos discriminan mucho. A mí me daba mucho miedo, y aún lo tengo por Ulises. Nos ponen en dormitorios de 100 camas cada uno. Todos revueltos”, dice.

Por ahora, hace un llamado desesperado a la comunidad para que hagan donativos a la cuenta de Ulises en el sitio GoFundme para contratar un abogado de migración, evitar que regrese a El Salvador. “La familia de Ulises, su madre Elizabeth y su hermano menor no tienen fondos para pagar a un abogado de migración. Contar con un defensor es vital para evitar su deportación”, remarca.

La meta es recaudar 11 mil dólares, pero solo han podido conseguir 30 dólares en donativos. (La Opinión)

elblog

San Salvador, El Salvador

Redacción

Ventas