Miles de seguidores del partido oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua, volvieron a retar a la pandemia del COVID-19 y este domingo acudieron masivamente a playas y turicentros para despedir el último día de la Semana Santa.
Apoyados por el Gobierno de Daniel Ortega, los sandinistas acudieron al Summer Music Fest 2020, en el Centro Turístico El Trapiche, en las afueras de Managua, donde hubo conciertos y concursos que requerían que los participantes se abrazaran y tocaran con sus bocas un mismo objeto de manera simultánea.
«Aquí andamos con los chavalos, ya que el Gobierno ha dado la facilidad de entrar y venir a gozar y a ver», expresó un nicaragüense identificado como Raúl Hurtado, de 68 años.
En diversas imágenes que circulan en las redes sociales, se puede apreciar como los centros turísticos nicaragüenses lucieron abarrotados de personas este fin de semana, esto gracias a las pocas medidas de prevención que ha tomado el gobierno para evitar la propagación de la mortal enfermedad entre la población.
El abandono de Ortega hacia sus gobernados ha sido muy criticado por diversos organismos. El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) hizo un llamado a la ciudadanía a desobedecer «los llamados irresponsables del régimen Ortega Murillo frente al covid-19» y evitar aglomeraciones, no acudir a las playas.
Ese organismo tachó de irresponsable y criminal al Ejecutivo frente a la pandemia del coronavirus.
Por su parte, el cardenal Leopoldo Brenes, quien lideró la conmemoración católica de la Semana Santa a puertas cerradas, criticó fuertemente la promoción que hizo el gobierno sobre las actividades multitudinarias en tiempos de pandemia.
“Cristo es la esperanza, ha venido para que tengamos vida, no ha venido a promover la muerte, ha venido a destruir la muerte”, dijo Brenes, durante una misa a puertas cerradas.
Pero a pesar de los llamados, miles de personas prefirieron acatar las indicaciones oficiales y salir a «disfrutar» del último día de la Semana Mayor en playas y turicentros.

Cabe destacar que Nicaragua es el único país del mundo que tiene tres ministras de Salud, el único de América continental donde los niños siguen yendo a la escuela sin importar el COVID-19 y que mantiene sus fronteras abiertas para el ingreso de personas de cualquier parte del mundo.
Anomalías en cifras
Hasta ahora, el gobierno de Nicaragua solo reconoce nueve casos confirmados de COVID-19, de los cuales cuatro están activos, cuatro se han recuperado y uno que falleció. No obstante, el Observatorio Ciudadano COVID-19, dedicado a investigar la cantidad de pacientes de esta enfermedad que no son reconocidos por el Gobierno, estima que por lo menos 200 nicaragüenses están infectados con el virus.
Tanto Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), han criticado las pocas o nulas medidas que ha tomado el gobierno de Nicaragua para evitar la propagación de la mortal enfermedad entre su población.
