Un simpático perrito se convirtió en el máximo enemigo de la mafia napolitana. Se trata de Pocho, llamado así en homenaje al futbolista Ezequiel Lavezzi, que es la estrella de la brigada antidrogas de la policía local.
Durante su carrera ya descubrió más de dos toneladas de estupefacientes, lo que equivale una pérdida de millones de euros para los clanes de la mafia italina.
En su último golpe, en la provincia de Salerno, el perro de raza Jack Russell Terrier, halló 30 kilos de “coca” pura. Es que gracias a su pequeño tamaño, puede meterse en sitios donde a otros canes les sería imposible, como túneles o contenedores.
Así fue que también encontró “coca” disfrazada de leche en polvo en el biberón de un bebé.
Ante las constantes pérdidas millonarias que Pocho les ocasiona, los capos de la camorra decidieron ofrecer una recompensa de 5 mil euros ($6 mil) a aquel que liquide a quien se convirtió en su principal enemigo.
Pocho llegó a la policía tras haber pertenecido a un médico, que lo bautizó de esa maneja en honor a Lavezzi, quien fue ídolo en Nápoles.
Sin embargo, se tuvo que desprender de él porque uno de sus hijos era alérgico. Así fue que Pocho llegó a la policía.
Su nuevo cuidador, llamado Sandro, aseguró que los operativos son «un juego para él”, ya que cada vez que el perro encuentra sustancias, le tira una pelota y le da una galleta.