Foto: Imagen de referencia, Archivo.
La inmunidad es una de las mayores fuentes de controversia y de preocupación alrededor del nuevo coronavirus, Covid-19. Afortunadamente, un estudio publicado esta semana reveló que ocho meses después de la infección, la mayoría de las personas evaluadas todavía tienen suficientes células inmunes para defenderse del virus y prevenir la enfermedad.
Una lenta tasa de disminución de esas células a corto plazo sugiere que pueden persistir en el cuerpo humano por un tiempo muy prolongado.
La investigación, titulada “Memoria inmunológica al SARS-CoV-2 evaluada durante más de seis meses después de la infección”, tiene como autor principal a Shane Crotty, virólogo del Instituto de Inmunología de La Jolla, California.
Si bien aún no ha sido revisada por pares ni publicada en una revista científica, es el estudio más completo y de largo alcance sobre la memoria inmune al coronavirus realizado hasta la fecha.
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“Esa cantidad de memoria (inmune) probablemente evitaría que la gran mayoría de las personas necesiten hospitalización o desarrollen una enfermedad grave durante muchos años”, dijo Crotty a The New York Times.
Esta investigación va de la mano con otro hallazgo reciente, tanto o más esperanzador: que los sobrevivientes del SARS, causado por otro coronavirus, todavía portan ciertas células inmunes 17 años después de recuperarse.
Por otro lado, los hallazgos de este estudio son consistentes con la evidencia que surge de otros laboratorios. Semanas atrás, por ejemplo, se conoció una investigación que también alivió la preocupación sobre la pérdida gradual de inmunidad al coronavirus.
Su principal conclusión era que un tipo esencial de glóbulo sanguíneo persiste durante al menos seis meses en las personas después de haber contraído Covid-19, incluso en aquellas que no tuvieron síntomas.
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El estudio, realizado a 100 personas, mostró que después de medio año todos tuvieron respuestas de células T frente a una serie de proteínas del coronavirus, incluida la proteína espiga utilizada como marcador en muchos estudios de vacunas. Los que habían experimentado síntomas tenían niveles que eran al menos un 50% más altos que aquellos pacientes que no.
“Son noticias prometedoras”, dijo Fiona Watt, presidenta ejecutiva del Consejo de Investigación Médica. “Si la infección natural con el virus puede provocar una respuesta sólida de células T, ello podría significar que una vacuna puede hacer lo mismo”.
Por: agencia Infobae.