elblog
Por: Agencias
26 mayo, 2020

Al igual que en la pelicular Hachiko, la cual relata la trama de un perro de raza Akita que esperó durante años en la puerta de la universidad donde falleció su dueño, la historia se ha repetido en Wuhan, la ciudad china donde comenzó la pandemia del coronavirus.

Fue el pasado febrero cuando un paciente se acercó al hospital Wuhan Taikang con síntomas de Covid-19. Tras los análisis y certificar que estaba contagiado, le ingresaron. Mientras, su perro, un mestizo de unos siete años, decidió esperarlo en la puerta hasta que saliera.

El hombre de 65 años pertenecía a uno de los grupos de riesgo, por lo que -pese al tratamiento- falleció cinco días después. Tres meses más tarde de que su dueño ingresase en la clínica, el perro seguía esperando en la puerta.

Cada día merodeaba alrededor del hospital, se sentaba en la entrada… mientras que el hospital seguía recibiendo cada vez más y más víctimas por coronavirus. Llegó un punto que los sanitarios decidieron ponerle el nombre de Xiao Bao («pequeño tesoro») y le proporcionaban a menudo comida.

Finalmente, el 13 de abril, después de que Wuhan levantase sus restricciones de confinamiento, un dependiente de un supermercado cercano al hospital atendió al animal. «Nunca salió del hospital, fue tan conmovedor y leal», relata a Daily Star Wu Cuifen, que fue quien lo llevó consigo a la tienda. Sin embargo, Xiao Bao seguía yendo a esperar a su dueño. Ya el pasado 20 de mayo, cuando el hospital se llenó de pacientes regulares, llegaron las quejas sobre aquel mestizo deambulando por los pasillos.

Los sanitarios terminaron contactando con la Asociación de Protección de Pequeños Animales y lo acogieron. Ahora, está en el refugio canino, esperando pacientemente a volver a ver a su dueño, algún día.

elblog

San Salvador, El Salvador

Redacción

Ventas