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A partir del próximo 15 de octubre, todos los trabajadores italianos estarán obligados a vacunarse contra el COVID-19 si quieren asistir a sus lugares de empleo, de esta forma Italia es el primer país en tomar la decisión para los empleados públicos y privados.

Los trabajadores que se nieguen a cumplir con la vacunación obligatoria serán sancionados con multas de mil euros, y se les suspenderá el salario por cinco días.

“El gobierno está listo para introducir el pasaporte sanitario. Nos dirigimos hacia una medida obligatoria para el sector público y privado”, declaró anteriormente la ministra de Asuntos Regionales, Mariaestella Gelmini, en una entrevista en la emisora RaiRadio1.

Estarán exentos de presentar el citado “pasaporte verde” únicamente quienes hagan teletrabajo, o que no puedan vacunarse por razones médicas, en esos casos tendrán que presentar pruebas negativas de antígenos tomadas con al menos dos días de anticipación.

El decreto también obliga a los laboratorios a reducir los costos de las pruebas, las mismas serán gratis para quienes no puedan vacunarse por razones médicas, mientras que para los menores de edad tendrán un costo de ocho euros y 15 para los adultos mayores, hasta el próximo 31 de diciembre.