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El Real Madrid tropezó en el Bernabéu ante Osasuna, un equipo que demostró que su gran trayectoria en esta Liga, especialmente fuera de casa, no es casualidad.

Los navarros se llevaron del Bernabéu un punto que les sabe a gloria, todo lo contrario que para un Real Madrid que sumó un nuevo tropiezo esta temporada en el Bernabéu. 

El Real Madrid llegaba al duelo ante Osasuna con la moral por los aires tras ganar al Shakhtar y, sobre todo al Barcelona en el Camp Nou. Sin embargo, el duelo ante el equipo navarro no iba a tener nada que ver con los anteriores.

En ambos, el Real Madrid le dio el balón al rival para jugar a la contra, pero ante Osasuna, a los blancos les tocaba tener el balón, crear juego y ver como era el rival el que buscaba la contra. Ahí es donde se vio que este Real Madrid está hecho para correr y no para crear. Además, sin Modric, baja de última hora, esa labor se complica mucho.

Ancelotti apostó por Camavinga en el sitio de Modric, pero el francés no se parece en nada al croata. Es un jugador contundente y al que le gusta más correr que generar fútbol y eso no era lo que pedía el partido. Tampoco la presencia de Marco Asensio, titular, que está hecho más para jugar con espacios que para generarlos.