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La ciudad de Zhengzhou empezaba a evaluar este jueves los daños provocados por las peores inundaciones que se recuerdan y que dejaron al menos 33 muertos en esta urbe del centro de China.
Cortes de agua y electricidad, carreteras cortadas y habitantes incrédulos. En tres días cayó el equivalente a un año de lluvia.
La metrópoli de 10 millones de habitantes sufrió el martes una tormenta devastadora que anegó una línea de metro y dejó en la superficie montañas de automóviles apilados, barro y destrucción.
Al menos una docena de personas murieron antes de que los socorristas pudieran liberar a los supervivientes de los vagones del metro.
El jueves se cuestionó el grado de preparación de las autoridades para la catástrofe.
Algunos barrios de la ciudad, situada a unos 700 km al sur de Beijing, siguen inundados, mientras personal de limpieza, bomberos y socorristas se afanan en limpiar el desastre.
Bajo una fina lluvia, los habitantes trataban de salir de sus casas para hacer compras o ir a trabajar. A la salida de un túnel del centro de la ciudad, muchos quedan estupefactos ante la montaña de vehículos que fueron arrastrados por las aguas.