Los apetitos cambiantes del rey de Tailandia no conocen freno alguno, amparados por la naturaleza divina que se le atribuye en su país. El último de sus antojos en una interminable lista de polémicas ha consistido en devolverle la libertad a Sineenat Wongvajirapakdi, la mujer que convirtió en concubina real antes de repudiarla apenas dos meses más tarde.
En octubre del año pasado, la casa real tailandesa anunció la retirada de los títulos y rangos militares a Sineenat Wongvajirapakdi. En un duro y sorprendente comunicado se describía a Sineenat, de 34 años, como una mujer “ambiciosa” capaz de todo para convertirse en reina, motivo por el cual terminó en la cárcel.
Desde entonces, poco o nada se sabía de Sineenat. Tan solo que había sido encarcelada e, incluso, llegó a rumorearse que había muerto en prisión. Ahora ha salido a la luz que el rey de Tailandia la perdonó, ordenó su liberación de la cárcel femenina de Lat Yao, en Bangkok, y que la ha incorporado a su harén.
La prensa alemana ha publicado las primeras imágenes del monarca tailandés yendo a recibir a su consorte, que se había desplazado en uno de sus 737 aviones privados desde Bangkok hasta Múnich, después de haber recuperado la libertad. Una vez instalada allí, el rey habría volado hasta Zúrich, que es lo que suele hacer cuando va a visitar a su mujer.