Si hace solo cinco meses, alguien nos habría advertido que en 2020 el mundo sufriría un impacto como el que estamos viviendo, que se perderían cientos de miles de vidas y que la economía mundial podría sufrir un colapso de hasta el 50% del PIB mundial durante unos meses, le habríamos tachado de loco.

Y no es para menos, este suceso no tiene precedentes en la historia contemporánea, porque ni siquiera en la II Guerra Mundial la economía se paralizó por completo, simplemente se reorientaron los recursos hacia la producción vinculada con el conflicto bélico.

No obstante, es lo que está sucediendo como consecuencia del Covid-19, la mayor emergencia sanitaria que el mundo ha enfrentado en el último siglo, donde en El Salvador se podrían perder miles de vidas si no se actúa con determinación.

Ante situaciones extremas, se requieren medidas extraordinarias

En medio de esta pandemia que tomó por sorpresa al mundo, se hace necesario considerar medidas extraordinarias. Porque el virus está teniendo un impacto en vidas muy grande y es sin duda la prioridad absoluta que deben asumir los Estados.

En este lúgubre escenario, El Salvador recibió la pandemia con un sistema de Salud totalmente olvidado, menos de 100 camas para Cuidados Intensivos (UCI); un Hospital Rosales deteriorado por el abandono; desabastecimiento constante de medicamentos, es la herencia con la que el pueblo salvadoreño no podría hacerle frente a la nube negra que acompaña esta pandemia.

Pero no es hora de lamentarse, por ello, este Gobierno inició la reconstrucción de hospitales y el rescate de muchos de ellos; mientras tanto, es necesario que el pueblo haga su lucha manteniéndose en casa y acatando las medidas implementadas. Después, con nuestro ímpetu que nos caracteriza levantaremos la economía.