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Por: Agencias
13 septiembre, 2019

En un domicilio ubicado sobre la calle Nopal de la colonia Atlampa, en la alcaldía en Cuauhtémoc México, el caso de un niño de ocho años de edad que se suicidó luego de que su abuelo le quitó el teléfono celular está revolucionando las redes sociales alrededor del mundo.

Medios internacionales indicaron que su abuelo le arrebató el dispositivo para que conviviera con la familia, pero el pequeño explotó y dijo que no quería platicar con ellos, y minutos después se quitó la vida en su habitación.

Luego de que subió el menor a su habitación, sus familiares no prestaron mayor atención, pues pensaron que se trataba de otra rabieta más de las que ya estaban acostumbrados y no le hicieron caso, y minutos después escucharon gemidos y que “rompían y aventaban cosas”.

Pese a eso, nadie prestó atención, nuevamente pensaron que se trataba de un nuevo berrinche porque le habían quitado el teléfono celular.

Al pasar de las horas, la hermana del niño subió a su cuarto para ver cómo estaba y saber si ya se le había el coraje, pero lo encontró inconsciente. En ese momento su familia lo trasladó al hospital, sin embargo, llegó sin signos vitales y con una marca en el cuello.

De acuerdo con el reporte, se asfixió con las agujetas de uno de sus tenis, la cual se enroscó en el cuello y amarró a su cama. El menor ejerció tanta presión que en cuestión de dos minutos acabó con su vida, de acuerdo con los resultados del primer peritaje realizado por la Policía de Investigación.

En entrevista con los agentes investigadores, detallaron que el menor nunca mostró signos de depresión, arranques de ira ni nada por el estilo, por lo que nunca pensaron que la reprimenda de quitarle el celular sería para llegar a ese extremo.

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San Salvador, El Salvador

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