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Por: Redacción El Blog
18 junio, 2019

Un adolescente salvadoreño pasó 6 meses dentro de un reclusorio y estuvo cerca de ser deportado de los Estados Unidos luego que autoridades le encontraran escrito en uno de sus cuadernos un “503”, código de área de El Salvador y que a menudo es utilizado por la MS-13 como un símbolo.

El salvadoreño identificado solamente como F.E. fue detenido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) bajo la Operación Matador, que tenía como objetivo minimizar la acción criminal de la MS-13 en Long Island, al sureste de Nueva York.

F. E., quien apenas tenía 13 años cuando comenzó su pesadilla. Él asistía a la Brentwood High School en el condado de Suffolk como regularmente hacía hasta que, una mañana que llegó tarde a la escuela, fue detenido por un guardia de seguridad que pensó que estaba fugándose de las clases.

Al buscar en sus cuadernos encontró escrito “503”, código de área de El Salvador, debido a eso “comenzaron a preguntarme si era miembro”, relató el joven salvadoreño.

Pero el interrogatorio no concluyó ese día. A pesar de que el director de la escuela lo cuestionó en su oficina, le aconsejó que “fuera cuidadoso” y le aseguró que todo estaba bien, F.  E. tuvo otra reunión con la policía en los días siguientes: lo estaban acusando junto a un amigo de pertenecer al crimen organizado.

“Les dijimos que no formábamos parte de ninguna pandilla y nos dijeron que estaba bien y que tuviéramos cuidado con quienes estábamos saliendo, pero en la escuela hablas con mucha gente”. Y si no hablas con esas personas en pandillas, te ven como el enemigo”, relató.

En junio, F. E. figuraba ya como los primeros arrestados bajo la Operación Matador. Había sido acusado de una conducta desordenada (un cargo no criminal) mientras jugaba fútbol con un amigo en las calles de su vecindario en Brentwood.

Días más tarde, F.E. y otros adolescentes fueron detenidos y llevados a centros de supervisión a miles de kilómetros de distancia por ser “pandilleros confirmados”.

A F.E. lo procesaron primer en Manhattan y después lo llevaron a Virginia, donde relató que las habitaciones eran tan estrechas que no podía ver ni el Sol. “Algunos de los niños que estaban allí parecían que se estaban volviendo locos, porque habían estado allí mucho tiempo “, aseguró. Este periodo de prueba también incluyó estancias en California y Nueva York.

Después de seis meses detenido, F. E. finalmente logró demostrar que la evidencia presentada no era certera y fue liberado. (Con información de La Opinión)

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San Salvador, El Salvador

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