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Por: Redacción El Blog
11 diciembre, 2018

Las estafas son diversas y variadas y los sujetos que las cometen suelen ganar la confianza de sus futuras víctimas creando vínculos de “amistad” y cercanía con ellos. [Foto/Referencia]

Este fue el caso de un hombre, a quien para proteger su identidad llamaremos Martínez, que fue estafado con 11 mil dólares por un sujeto que se ganó su confianza y lo convenció de “invertir en un negocio”.

Según el relato del afectado, él conoció al estafador debido a que este le daba clases de inglés en un reconocido lugar en el departamento de Sonsonate. A cada clase, el profesor llegaba vestido con ropa de marca, portaba un celular de última generación y seguido llegaba en diferentes autos, cosa que lo hacía proyectar una imagen de “éxito económico”.

Martínez, en algunas ocasiones, al término de las clases se quedaba hablando con el sujeto sobre fútbol y otros temas, al punto que en una de esas conversaciones, cuando ya habían creado un vínculo, él contó que tenía dos mil 500 dólares, razón por la cual se sentía feliz. Fue en ese momento cuando el estafador vio su oportunidad.

“Él me propuso que si estaba interesado me podría hacer el favor de ponérmelo a trabajar. Me prometió al menos 500 dólares en un mes por la inversión para traer un carro pequeño. Al principio dudé, pero al final termine ‘aprovechando’ la oportunidad”, relató Martínez.

Luego de aceptar, el sujeto, para cimentar más su relación de amistad, invitaba a Martínez a comer a su casa llena de lujos. Al cabo cinco semanas de haber entregado el dinero, el sujeto le dijo a Martínez que su inversión había generado $550 en ganancia.

“Me dijo que si deseaba que me los diera o que si quería seguir trabajando. Entonces, claro, la ambición y la estupidez me jugó en contra puesto que yo pensaba que por ser “buena gente” Dios me iba proteger, y quizás si me protegió, pero yo esperaba que nadie me robara, así decidí dejar la ganancia y la inversión inicial para traer ahora una camioneta”, contó un arrepentido Martínez.

Las cosas continuaron su curso, luego de pasados unos dos meses, el estafador comenzó con las excusas y le explicó que estaba teniendo unos retrasos, pero que todo va estar bien.

Unos días luego de eso, el sujeto lo contactó pidiéndole su ayuda.  “Me dijo que estaba en un gran apuro y que necesitaba mi ayuda, tenía dos camionetas en aduana y que le iban a caer en abandono y que necesitaba pagar los impuestos que eran $4,500.00, que si se los daba el me daría al cabo de la otra semana $2,000, en concepto de ganancia, solo por haberlo sacado del apuro.  Yo le dije que no los tenía y me rogó por ayuda y me prometió que no me fallaría y que si podía sacarlos de la tarjeta que él me pagaría las comisiones, que no pagaría interés por que serían pagados antes del corte”, aseguró Martínez, quien fue convencido por alguien que creía su amigo.

Dos semanas después de eso, nuevamente el estafador contactó a Martínez y le explicó que tenía que sacar otros vehículos y que lo de las camionetas estaba atrasado pero que no dudara que le daría el dinero. En ese sentido, le pidió otros $4500, por los cuales también recibiría como ganancia me daría otros $2,000, haciendo un total de  $4,000.

En todo este tiempo, el sujeto nunca dejó de invitar a Martínez a departir en casa, de hecho, las invitaciones se volvieron más constantes y el sujeto siempre seguía  proyectando esa imagen de solides económica.

Luego de entregar el dinero, el tiempo pasó hasta que se llegó la hora de pagar. “Comencé a pedirle el dinero y me dijo que no tenía, comenzó a evadirme y al cabo de un tiempo me entrego $450 para pagar una cuota; sin embargo, esta cantidad no eran suficiente, pues no cubrían ni siquiera la comisión por desembolso. Yo le rogaba que por favor me cumpliera que comprendiera que lo único que tenía era mi récord crediticio”, sostuvo Martínez, quien nunca obtuvo respuesta por parte del estafador, a quien consideraba un amigo.

“El tiempo siguió su curso y se llegó la otra fecha de pago y las cuotas sumaron $1,200. Se comenzó a desaparecer y no contestaba las llamadas, me bloqueó de todas partes,  cambió de celular y decía que no tenía el dinero”, explicó Martínez, quien en ese momento ya tenía un problema serio con los bancos debido a las deudas.

Perdí mi record crediticio y pasé cuatro años luchando con los bancos pagando poco a poco, los bancos me acosaban y me visitaban hasta en el trabajo para cobrarme y recibía hasta 30 llamadas al día. Gracias a Dios ya logré salir en parte del problema, refinancié una última deuda derivado de ese error y estoy pagándolo poco a poco”, detalló Martínez.

Con el tiempo, él se enteró que solo había sido una de las tantas personas a quien el sujeto había estafado con un modus operandi similar. Luego de lo sucedió Martínez tiene pocas esperanzas de que algún día pueda recuperar su dinero; no obstante, mantiene la fe que pronto se haga justicia y que el estafador sea capturado y llevado a los tribunales.

Este es otra persona estafada por el mismo sujeto, el domingo pasado el blog publicó una nota en donde se había estafado con $15,000 al venderle una camioneta de lujo, puede leer la nota aquí.

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San Salvador, El Salvador

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